por Alberto J. Muniagurria y Eduardo Baravalle

En la inspección y palpación de las mamas se pueden encontrar una serie de alteraciones.

En cuanto al tamaño y la simetría, es normal el hallazgo de diferencia de tamaño entre las dos mamas, aunque esto puede deberse a la presencia de una tumoración. De modo similar, los contornos pueden estar alterados por la existencia de tumoraciones intramamarias (figura 27-1, B). Debe recordarse, además, que con frecuencia las tumoraciones de la mama producen retracción de la piel (figura 27-2, C).

Las variaciones del color de la piel -por ejemplo, el enrojecimiento de la mama- pueden producirse por mastitis o carcinomas inflamatorios.

El edema de la piel toma la característica de "piel de naranja" (figura 27-1, C y 27-3, A), que se produce por retracción de los tabiques intradérmicos en el edema del bloqueo linfático.

La ingurgitación venosa de la mama se observa en las tumoraciones y carcinomas, y en forma normal durante la lactancia (figura 27-1, A).

Pezón. Pueden observarse alteraciones de su forma, tamaño, superficie, consistencia, sensibilidad, temperatura, y puede presentar secreciones o alteraciones en su dirección.

La forma del pezón a veces se modifica por la presencia de retracciones o aplanamientos. Cualquier proceso neoplásico de la mama puede traccionar y/o aplanar el pezón (figura 27-2, B).

El tamaño puede encontrarse aumentado o reducido por procesos tumorales. También es posible que se desarrolle a partir del pezón un proceso tumoral denominado enfermedad de Paget, que se presenta con alteraciones del tamaño y la forma del pezón, secreciones sanguinolentas, ulceraciones e inflamación de la aréola (figura 27-3, B).

Las grietas del pezón, frecuentes en las madres lactantes, pueden presentarse también luego de traumatismos, o acompañando a procesos tumorales. En estos casos pueden estar aumentadas la temperatura y la sensibilidad.

Las secreciones del pezón (figura 27-3, C) pueden ser lácteas, serosas, sanguinolentas o purulentas. Serán lácteas en las mujeres que amamantan o en las hiper prolactinemias, de origen tumoral o secundarias a medicamentos; purulentas en las mastitis; y serosas y sanguinolentas en los procesos tumorales o infecciosos.

La dirección se halla desviada en los procesos que causan retracción, pudiendo observarse la inversión del pezón (figura 27-2, A). Cuando la inversión del pezón lleva largos años de evolución puede tratarse de un hallazgo normal y ser uni o bilateral.

Cuando es de corta evolución adquiere importancia diagnóstica.

hamama01Nódulos mamarios. Deben ser definidos por su ubicación, tamaño, forma, límites, consistencia, relación con los planos superficiales y profundos, temperatura, sensibilidad y presencia o ausencia de adenopatías satélites.

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Si el nódulo es duro, difícil de delimitar, adherido a planos profundos, e indoloro, se debe pensar en la posibilidad de una neoplasia. Si en cambio es blando y doloroso, no adherido, con temperatura aumentada, se debe pensar en un absceso.

En el hombre también se pueden palpar nódulos por debajo de la aréola, adheridos a planos superficiales y profundos, debido a pobreza del tejido mamario. El pronóstico del cáncer mamario en el hombre es malo, debido a la frecuente presencia de metástasis en el momento del diagnóstico.

Ginecomastia. Es la presencia en el hombre de tejido mamario con características femeninas.

Puede ser uni o bilateral y debe distinguirse de la adiposidad mamaria. Cuando es bilateral, generalmente se debe a una enfermedad sistémica. Fisiológicamente ocurre en el recién nacido, en la pubertad y en el anciano. En forma patológica puede presentarse por deficiencia en la producción de testosterona, por acción anómala de esta hormona (anorquidia congénita, castración, traumatismo), por aumento en la producción de estrógenos o por deficiencia en su metabolización (síndrome de Klinefelter, síndrome de Reifenstein), por aumento de la enzima conversora de andrógenos en estrógenos en los cuadros que cursan con hiperandrogenemia, enfermedades hepáticas, enfermedad adrenal, tirotoxicosis, por drogas (espironolactonas, cimetidina, antiandrógenos, estrógenos, alfametildopa, antidepresivos tricíclicos).